- Un equipo de profesionales con amplia formación en la salud mental infantojuvenil ofrece atención personalizada a los menores de 18 años y a sus familias.
- La pandemia ha disparado hasta un 47% los trastornos mentales y de comportamiento en niños y adolescentes.
- La nueva unidad ofrece un modelo asistencial basado en una atención integral, multidisciplinar y de calidad que considera tanto los factores biológicos como cognitivos y psicosociales.
Ribera Povisa pone en marcha la Unidad de Psiquiatría y Psicología Infantil y de la Adolescencia dirigida a menores de 18 años y a sus familias con el compromiso de “ayudar a buscar soluciones a problemas de niños y adolescentes en su entorno natural”, en palabras de la psiquiatra y pediatra Pomba Liñares que, junto a la psicóloga sanitaria y neuropsicóloga Mónica Villar, conforman el equipo de profesionales de la unidad, ambas con una amplia formación para la valoración y tratamiento de los trastornos mentales (incluyendo los del neurodesarrollo) y del comportamiento.
“Aproximadamente la mitad de los trastornos mentales tienen su debut antes de los 18 años”, explica la doctora Liñares, que remarca la relevancia de la detección temprana: “El reconocimiento precoz y el adecuado manejo de las primeras manifestaciones clínicas puede determinar un cambio esencial en el curso y el pronóstico de las enfermedades mentales”.
La nueva Unidad de Psiquiatría y Psicología Infantil y de la Adolescencia dará atención a problemas de salud mental de aparición en la infancia y la adolescencia como la ansiedad, depresión, desregulación emocional, problemas de conducta, desórdenes alimentarios o dificultades en el colegio y de interacción social, entre otros.
Ribera Povisa ofrece un modelo asistencial basado en una atención integral, multidisciplinar y de calidad que considera tanto los factores biológicos como cognitivos y psicosociales del niño y del adolescente. El equipo trabaja de manera conjunta con otros servicios del hospital, como Pediatría, Neurología Pediátrica, Logopedia y Fisioterapia, lo que permite un abordaje integral con el acceso a diferentes técnicas diagnósticas y terapéuticas. Si el caso así lo requiere, se establece contacto también con el centro escolar o con aquellos dispositivos con los que el niño o adolescente esté relacionado.
El impacto de la pandemia ha disparado hasta un 47% los trastornos de salud mental en los menores, en especial, en el caso de los adolescentes, con más síntomas depresivos, autolesiones y conductas suicidas, según el Grupo de Trabajo Multidisciplinar sobre Salud Mental en la Infancia y Adolescencia, del que forman parte la Asociación Española de Pediatría (AEP), la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria. Desde la Unidad de Psiquiatría y Psicología Infantil y de la Adolescencia se pretende ayudar y orientar a los menores y a sus familias y dotarles además de recursos suficientes para hacer frente a las dificultades que se vayan identificando. “Los esfuerzos en la infancia sí tienen recompensa en la etapa adulta, permitiendo una vida más saludable”, explica la doctora Pomba Liñares.